19 de enero de 2008

KDE 4.0: Plasma

Despues de haber estado dando la lata con KDE 4, sería incoherente no decir nada de que haya sido publicado KDE 4.0, y de hecho he tenido fuertes tentaciones de hacerlo. Pero como soy una buena persona, héteme aquí.

KDE 4.0 no es una reescritura completa de KDE, sino que es una renovación profunda cuyo punto de partida es KDE 3.5...al menos en gran parte, porque existen algunas partes, como Plasma (el "desktop shell", lo que es el escritorio en si cuando no hay ninguna aplicación abierta), que han sido diseñadas de cero. Y yendo al grano: Puesto que se ha partido de cero para crear esas partes, resulta que están verdes, tal y como se ha dicho en este blog varias veces. Demasiado verdes incluso como para poder considerarlas utilizables por un geek de linux con ganas de pasarse a KDE 4.0. Debido a que es esta parte del escritorio la que más se ve y utiliza, KDE 4.0 da una falsa impresión de "incompletez", pues el resto de su aplicaciones (hay muchas ya portadas a KDE 4.0, por cierto - el haber sacado meses antes una versión estable de las librerías ha sido una gran idea) son estables y funcionan perfectamente, incluyendo bestias como kword 2.0 (que aun está en fase de desarrollo alpha, pero que se ha incluido en las distribuciones junto a KDE 4.0). Quiero decir que KDE 4 no es ni mucho menos un fracaso: Por verde que esté e importante que sea, el shell del escritorio no es más que otra aplicación que se mejorará con el tiempo. Puede ser un fracaso para alguien que espere un escritorio como el que sacarían Apple o Microsoft, pero KDE no gana 25 y 50 mil millones de dólares al año, por lo que solo puede ofrecer esto de momento, y lo irá mejorando en el futuro.



Merece la pena profundizar en el shell del escritorio, en Plasma. ¿Por qué se ha reescrito esta parte, en vez de extender las partes análogas de KDE 3.5? Para responder esta pregunta hay que analizar el propio concepto de "shell de escritorio". El concepto que tenemos hoy en día -una pantalla con una imagen de fondo y unos iconos que abren programas o documentos, barras de tareas, etc- ha sido prácticamente el mismo desde hace aproximadamente dos décadas, que es cuando se empezaron a desarrollar los primeros entornos gráficos. A lo largo de los años se fueron mejorando y perfeccionando, dando lugar a los escritorios actuales que podemos experimentar en XP o Vista (valga la redundancia), OSX, Gnome, KDE 3.x...sin embargo, en todos ellos se ha mantenido el concepto básico de "imagen de fondo con iconos". En algunos casos el programa encargado de implementar el programa que muestra ese fondo y esos iconos se compartió con el gestor de archivos, que al fin y al cabo es un programa que tambien muestra los iconos de una ruta de disco determinada. Sin embargo, en los últimos años ese concepto se ha visto "invadido" por otro que añadía -complementaba- al antiguo con capacidades que los usuarios necesitaban. Me refiero a los llamados widgets que todos los escritorios han añadido de una manera u otra: gdesklets, superkaramba, el Dashboard de Mac OS X, la sidebar de windows vista, google desktop. Todos ellos son implementaciones diferentes de la misma idea, y todos ellos está implementados de la misma manera: un programa que "se coloca" en el escritorio como si fuera parte del mismo....sin serlo en realidad. Aunque como la integración visual es perfecta, resultan muy prácticos y útiles, y tienen mucho éxito.

A los desarrolladores de KDE no se les pasó por alto el alto grado de popularidad del que gozan este tipo de aplicaciones. Conscientes de que técnicamente son tan solo un "addon", decidieron que el escritorio KDE 4 no iba a hacer como los demás, es decir, implementar un escritorio al estilo de lo que se ha hecho en las últimas dos décadas y luego añadirle un "addon" para mostrar widgets, sino que en KDE 4 los widgets debían ser lo que vulgarmente se conoce como "ciudadanos de primera clase". El resultado es Plasma: un entorno de escritorio basado completamente en widgets. En KDE 4, todo lo que se ve en el escritorio es un widget, incluido el fondo de escritorio, que en realidad es un widget que puede contener otros widgets como la propia barra de tareas, que a su vez puede albergar los widgets del botón del menú de KDE, el de la lista de tareas, el del reloy y el del systray. Y puesto que todo son widgets, los "iconos" del escritorio ya no son simplemente iconos, sino que tambien son widgets. La falta de madurez del shell del escritorio en KDE 4.0 se debe simplemente a la dificultad de implementar desde cero y con pocos recursos una idea innovadora que nadie más ha implementado antes.



Pensarán algunos, y no sin razón: Pues probando KDE 4.0, uno diría que no ha merecido la pena tirar a la basura un concepto conocido y probado como el que usa todo el mundo. Yo sin embargo matizaría: el tiempo dirá. A día de hoy, Plasma es una sombra no ya de lo que se podría hacer con este nuevo concepto de widgets -que en Plasma llaman plasmoids-, sino de los escritorios tradicionales:

Este es un plasmoid cualquiera...en estado "desbloqueado". Cada plasmoid puede implementar dentro de él lo que quiera, pero en su alrededor siempre está esa cosa blanca. Se puede hacer click en cualquier parte del plasmoid y arrastrarle a cualquier parte del escritorio. Además, están esos "botones" que son iguales en todos los plasmoids:

El primer botón abre una ventana con la configuración del plasmoid, que es diferente en cada tipo de plasmoid. El segundo sirve para redimensionar el plasmoid (que en los plasmoids basados en gráficos SVG, como el del reloj, funciona perfectamente). El último es para eliminar el plasmoid, y haciendo click con el botón derecho en cualquier parte del plasmoid se abre un menú correspondiente a las mismas opciones de este último y del primer botón.

Estos adornos y botones aparecen tan pronto como el ratón está encima. Pueden parecer molestos, y de hecho lo son en cuanto tienes tus plasmoids colocados y no tienes intención de modificar nada. Por eso Plasma tiene un opción de "bloquear componentes" que hace que ni aparezcan esos menus ni los plasmoids se puedan mover. La opción "bloquear componentes" se accede a través del menu contextual del fondo de pantalla:



¿Es buena o mala idea este modo de "bloqueo"? Bueno, si tenemos en cuenta a los plasmoids que son equivalentes de los típicos widgets, tal vez si. Pero recordemos que en KDE 4 todo son plasmoids....incluyendo los iconos:

Una vez que los plasmoids están "bloqueados"....los iconos tambien lo están, y ni tan siquiera se pueden mover ni eliminar. La idea de bloquear los widgets de repente es menos atractiva. Esta será la prueba de fuego de Plasma: Los escritorios típicos están orientados a tener a los iconos del escritorio como elemento principal. Sus implementaciones de widgets pueden ser un parche, pero la gestión de los iconos la hacían bien. Sin embargo, el concepto de plasmoids ha hecho que los iconos tengan que perder en Plasma, al menos de momento, parte de esa "especialización". ¿Está Plasma condenado por esta razón? Yo personalmente no lo creo, sin duda hay maneras de recuperar la flexibilidad de los iconos sin tener que renunciar a Plasma. Pero eso será en el futuro, de momento KDE 4.0 resulta incómodo en este aspecto. Muy incómodo, pues los iconos son para la mayor parte de la gente mucho más importantes que los widgets.

Llega el momento de hablar sobre el panel, barra de tareas, o como prefieran llamarlo:



Este es el panel por defecto. Se puede personalizar con todo tipo de plasmoids, pues este panel es, al igual que el del fondo de pantalla, un plasmoid que puede albergar a otros plasmoids, epro su funcionalidad es ridículamente limitada. No se puede mover a otras partes de la pantalla, no se puede aumentar o reducir de tamaño, los plasmoids que están dentro de él tienen muy pocas opciones, o ninguna. La mayoría de los que hay en este panel son bastante conocidos, excepto el del icono de ordenador.



Este icono está relacionado con Plasma, la abstracción de hardware de KDE 4.0. Como se puede comprobar, de momento este icono solo sirve para almacenar una lista de los dispositivos -ya sean memorias USB o DVDs- que uno tiene conectados, y al pulsar en el elemento se abrirá con el elemento correspondiente. La idea es útil, pero parece estúpido tener un icono constántemente presente incluso cuando no se ha conectado nada. De todos modos, es la menor de las preocupaciones de KDE 4.0.



Este es el menú, y es la segunda razón por la cual KDE 4.0 está verde. Este menú es simplemente inaguantable. Las razones se pueden observar fácilmente en la captura. ¿Alguna vez han tenido que utilizar un menú con barra de desplazamiento? Por dios, hasta Windows 95 expandía los menus verticalmente según la necesidad. En las propiedades del botón se puede configurar el número de elementos visibles en el menú, que por defecto es 10, pero los valores más allá de 15 no surten ningún efecto, a pesar de que la ventana de configuración no pone ninguna pega si pones 50. Y además de la expansión vertical, habría que hablar de la expansión horizontal. ¿Ven la flecha de la parte izquierda de la captura? Esa es la manera de navegar: Al darle al icono de "multimedia", "oficina", "gráficos", el menú no se expande horizontalmente, como muy correctamente hacía windows 95, sino que pasa a presentar en el mismo espacio el conjunto de iconos de cada grupo, y para volver al menú principal hay que darle a la flecha. Es completamente demencial.

Afortunadamente, hay otro botón de menú alternativo que implementa un menú tradicional, que se expande a lo alto y a lo ancho, y se contrae el tiempo....el tiempo que tardas en encontrar una aplicación comparado con el otro menú, aunque no tenga campo de búsqueda.

Por cierto, tanto hablar de los plasmoids y no he puesto ni una captura de como se añaden.



Esta es la ventana que aparece al darle a la opción "añadir componentes" en el menú contextual del fondo de pantalla. Uno puede arrastrar cualquier elemento de la lista al escritorio, y al instante se creará un nuevo plasmoid en el lugar donde lo depositó. Tambien se pueden arrastrar plasmoids a la barra de tareas. Sin embargo, no todos se pueden arrastrar a éste último, pues no todos están diseñados para un espacio tan pequeño como el panel.



Este es el último elemento de Plasma que me quedaba por sacar aquí. No entiendo muy bien la razón de su existencia. Es la otra manera de abrir la ventana con la lista de plasmoids. Se trata de un icono situado en la esquina superior derecha, y cuando se pone el ratón sobre él, aparece esa opción de añadir componentes. Parece ser que los desarrolladores de KDE quieren aprovechar ese consejo de usabilidad que dice que se debería poder acceder a ciertas funciones básicas en las esquinas de la pantalla (por eso el escritorio de ubuntu tiene a la derecha y a la izquierda de la parte inferior de la pantalla una papelera y un botón de "mostrar escritorio", que se complementan con el menú y el reloj de la parte superior).

En cualquier caso, en KDE 4 esa esquina superior derecha no sirve de mucho de momento. No es así la esquina superior izquierda, que hace algo muy sorprendente: Cuando mueves el ratón a esa esquina superior izquierda del escritorio y "empujas" ligeramente un poquito más hacia la izquierda....se activa la función "exposé" de Kwin. En vez de recurrir a la barra de tareas o a una combinación de teclas, simplemente "empujas" en esa zona, e instantaneamente te aparecen miniaturas de las ventanas que tienes abiertas. Es una utilidad sorprendentemente cómoda y adictiva.

7 comentarios:

  1. Anónimo10:10 p. m.

    Muy buen análisis. Yo todavía no me le animé a KDE4.
    Lo único que quedaría por hacer es comentarle tus opiniones a algún desarrollador de KDE, para que KDE mejore y obligue a Gnome a mejorar también :)

    ResponderEliminar
  2. Los de KDE saben mucho mejor yo que es lo que necesitan mejorar...

    ResponderEliminar
  3. Kde 4 ha tenido demasiado "hype", y si a todos los usuarios que lo prueban les parece lo mismo que a ti, puede fallarles la base de usuarios de mala manera (la popularidad de ubuntu y la sencillez y robustez de gnome le ha hecho ganar muchos enteros estos últimos años). Llevo oyendo maravillas de KDE 4 y plasma, pero creo que su éxito lo darán los desarrollos de terceros, que tienen unas librerías estupendas como QT4 para desarrollar, más que esas maravillas que nos prometieron y que aún tardarán un buen tiempo en ser lo suficientemente estables y usables como para resultar un motivo de cambio.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo5:58 p. m.

    Tengo que reconocer que el análisis es bueno, solo falla en un punto, es totalmente subjetivo, con lo cual le resta toda credibilidad...

    Es cierto que el KDE 4 es muy distinto a su predecesor, pero eso es algo normal, yo vengo usando KDE desde la primera versión y antes utilizara otros gestores (por ejemplo con mi primera distribución, la Suse 5.1 que venia de regalo en la PCWorld de marzo de 1998, pues tenia que usar fvwm95 y cuando puse mi primer KDE, aquello era otra cosa...

    Llevo usando KDE 4 (versiones Beta) desde hace más de medio año, y lo cierto es que al principio algunas cosas no acaban de combencerte, pero tras un par de semanas cambias de opinión y ya estás encantado...

    La gente suele tener miedo a los cambios y suelen rechazar lo nuevo por sistema, un ejemplo claro es que a principios del 2007 me canse de formatear equipos nuevos que venian con Vista para ponerle el Windows XP, ahora estoy haciendo el proceso contrario... los mismos que unos meses atras no querían saber nada de Vista ahora están locos por usar sus tonterias como el Flip3D (que tengo que reconocer que es muy comodo cuando tienes más de 6 o 7 ventanas abiertas)...

    Por otro lado, la competencia a KDE, Gnome, si hay quien se tiro de los pelos cuando Linus T. critico a Gnome, pues menos mal que no conocen mi opinión... tuve que sufrir ese espantoso gestor de ventanas por 2 años mientras trabajaba para una empresa... tan asqueado me quede que me da la risa cualdo alquien empieza enumerar no se cuantos beneficios que hacen a Gnome el mejor gestor de ventanas... Joder que si me dices IceWM, un gestor muy personalizable, consume muy poco, es muy rápido... vale, no tiene algunas de las cosas de KDE, pero hay que decir que es bueno... pero en cambio Gnome no me imagino ningún motivo para usarlo y no se como es el más usado actualmente, yo quedo flipado cuando en las encuestas aparece como favorito...

    Un Saludo

    ResponderEliminar
  5. Anónimo12:27 a. m.

    Hola, no puedo poner una pequeña foto en el escritorio. ¿cómo se hace? no hay ningún lugar donde te expliquen como hacerlo.

    Cuando arrastro una foto, sólo me sale el ícono.

    gracias.

    ResponderEliminar
  6. Anónimo4:15 a. m.

    Actualmente uso el KDE 4.1.2 y es fantastico nada se le parece, ademas es bueno decir que la "La barra de tareas", o ha cambiado mucho desde la publicacion de tu revision o estas equivocado en algunos conceptos. actaulmente es TOTALMENTE customizable en cuanto ubicacion tamaño posision de los iconoes es decier no existe como tal una barra es simplemente un panel con los componentes que se elijan y donde se elijan .. no he visto nada mas perzonalizable y versatil ...
    Sobre el menu es cierto pero tiene el componente smilar al menu clasico .. y ademas el buscador en el menu es excelente !! Definitivamente deberian probarlo ..

    ResponderEliminar
  7. Anónimo12:13 p. m.

    Hola,

    A alguien mas le ocurreo que no puede reordenar los iconos del panel principal como le venga?.
    Lo comprove en las versiones de fc9 y ahora en fc10 pasa lo mismo.

    ResponderEliminar